Categorías estéticas
Haciendo
un breve recuento de lo que es la estética debemos volver a tocar que es una
rama de la filosofía que se encarga de estudiar lo bello que esta implícito en
algo ya sea natural o una creación.
Hablando
de belleza es difícil no hablar sobre su opuesto que sería lo feo, pero eso también
nos lleva a que así como la belleza es algo subjetivo dependiendo de quién lo
observe, de su percepción y las sensaciones que experimente, podemos llegar a
que la estética también tiene clasificaciones o categorías que permiten ubicar
una obra o algún objeto que posea estética dentro de una de estas.
A
continuación nombrare estas categorías y su definición para estar más empapados
sobres estos términos y conocer mejor cada una de ellas.
La Belleza
La concepción general de lo bello según los griegos es que debe
tener Armonía, Orden y Proporcionalidad, a su vez con lo bueno. Muchos
pensadores han asociado lo bello con la idea de la divinidad. A lo largo de la
historia la idea de lo bello a cambiado.
Los orígenes de la belleza vienen de latín “bellum” que significa bueno
y excelente. Los griegos hacían referencia a lo bello con la simetría para la
belleza geométrica y armonía para la belleza musical.
Se le prestó especial atención a lo bello entre pitagóricos y sofista
pues consideraban la belleza como “armonía asignada a la configuración del
universo y que también se refleja en las expresiones artísticas e
investigaciones matemáticas. en uno de sus diálogos Platón se opone al
pensamiento de ciertos sofistas que comparaban lo bello con lo agradable o con
lo útil y que limitaban el concepto de belleza a lo sensible e individual, o a
la simple apariencia. En su poética, Aristóteles concibe la belleza en relación
con el orden y la medida y concibe la belleza no sólo diferenciada de lo
útil y lo agradable (ya señalado por Platón), sino también de lo bueno, en “el
bien está siempre unido a la acción; la belleza se da también en realidades
inmóviles”.
La Fealdad
Es lo contrario de la belleza, produce espanto, miedo, terror, pero
igualmente forma parte de lo cotidiano, los griegos relacionan la fealdad con
lo malo, Suele asociarse a la fealdad con lo negativo, pero los estetas como
Sánchez Vázquez afirman que lo feo tiene una dimensión estética y que no se
identifica con valores negativos. Calificar de feo un ser real (un sapo) no
significa negarlo estéticamente. Lo feo se da en un objeto que por su forma es
percibido estéticamente. Surge la representación de la fealdad en el siglo XIX
como un movimiento en contra de la belleza clásica. Pero finalmente la fealdad
es una categoría estética porque es un sentimiento que es experimentado cuando
la obra al estar bien hecha, al estar perfectamente elaborada logra el efecto
de fealdad en el es espectador.
lo sublime
Proviene del latín, y quiere decir, Elevado o alzado del suelo. Esta
palabra se usa para denominar algo excelso, eminente o muy elevado. Lo sublime
se puede encontrar en ciertos fenómenos naturales, como lo puede ser un arco
iris, un cielo estrellado, o también se puede aplicar a determinadas acciones
humanas, como lo que han hecho algunos hombres que arriesgan o sacrifican su
vida. Lo sublime entonces se aplica a lo que está dotado de un gran poder y
grandiosidad y que opaca nuestra limitación como humanos. Algunas obras de arte
nos elevan sobre nuestros propios límites, nos arrebatan por su grandiosidad o
infinitud, nos estremecen. La sublimidad va acompañada de lo ilimitado, la
grandiosidad del alma, la belleza infinita, oscura y de enormes dimensiones.
Experiencias que van acompañadas no por el nublamiento de la conciencia, si no
por la contemplación gozosa de la grandiosidad. Actos Sublimes hacen que el
hombre trascienda. Sin embargo, Friedrick Nietzsche, critica fuertemente a los
sublimes (refiriéndose a los hombres sublimes) alegando mucha seriedad, no
saber ni la risa ni la belleza, llamándolos monstruos “Si este sublime se
fatigase de su sublimidad: entonces comenzaría su belleza, - sólo entonces
quiero yo gustarlo y encontrarlo sabroso. Y sólo cuando se aparte de sí mismo
saltará por encima de su propia sombra - y, ¡en verdad!, penetrará en su sol.
Demasiado tiempo ha estado sentado en la sombra, pálidas se le han puesto las
mejillas al penitente del espíritu; casi murió de hambre a causa de sus
esperas.” Así habló Zaratustra, Nietzsche Friedrick, De los sublimes.
Pero lo bello no existe en estado puro, sino que está siempre atravesado
por otras categorías estéticas emparentadas con el “feísmo”, y entre las cuales
podemos mencionar lo grotesco, lo cómico, lo ridículo y lo siniestro.
Lo trágico
Episodios funestos y eventos desafortunados, son parte de la vida humano
y son hechos sangrientos, de gran amargura y dolor, son sentimientos humanos
que pueden ser expresados artísticamente, lo cual crea una categoría estética,
esta también nos llega desde los griegos, las tragedias de Esquilo, Eurípides y
Sófocles son algunos ejemplos. En las obras trágicas, el destino juega un papel
muy importante, puede estar incluido el desamor, el engaño, homicidios, etc. Lo
que caracteriza a las obras trágicas es la imposibilidad de salir de esa
situación funesta, es un conflicto sin solución. La situación es desdichada,
cerrada y con un desenlace funesto. Para Aristóteles la tragedia viene cuando
la felicidad se transforma en desgracia. El personaje trágico es un ser
desdichado, ya que su vida desemboca en la desventura; por tanto, su destino es
sufrir. Aristóteles no se limita a describir el buen comportamiento del
personaje trágico que el destino le trunca su felicidad desembocando su vida en
un final desdichado; si no que subraya también el modo como afecta la situación
al espectador. Éste efecto es llamado kátharsis, término griego que se traduce
como “purificación”.
lo cómico
lo cómico es un producto del psiquismo humano que responde a la
capacidad de percibir con sentido lúdico los aspectos defectuosos, deformes o
insólitos de la realidad física y de los comportamientos sociales del hombre,
que por esas razones, son interpretadas como ridículas o hilarantes.
En la historia de la Estética, de la Psicología y la Teoría Literaria
han surgido diversos intentos de explicación del fenómeno de la comicidad y de
la risa. En su Poética, Aristóteles dice que lo cómico consiste en el placer de
reírse ante lo desagradable y defectuoso, es decir, ante lo feo.
Kant interpreta una de las formas de expresión de lo cómico –el chiste-
como un mecanismo de sucesión de desconcierto y esclarecimiento, al igual que
Freud. Hegel descubre en lo cómico un elemento de resolución de tensiones.
Schopenhauer cree que el placer de la risa es provocado por la aprehensión de
lo incongruo entre lo pensado y lo percibido, esto es, lo real.
Otros procedimientos cómicos serían el chiste, la chanza, la broma y la
ocurrencia ingenua. Freud distingue el humor de la mera comicidad: ésta halla
obstáculos para producirse en presencia del dolor; aquel es un medio de
conseguir placer, a pesar de los efectos dolorosos que pudieran salirle al
frente. Así el condenado a muerte que pide que la hoja de la guillotina no esté
oxidada, porque su cuello podría infectarse A más de lo señalado por Freud,
tendríamos como especies de lo cómico la ironía, la sátira y la bufonada.
Lo grotesco
La palabra grotesco proviene del italiano “grotta” (gruta) y significa
extravagante, irregular, grosero, de mal gusto. Ha sido aplicado a ciertas
figuras caprichosas o extravagantes encontrados en pinturas de monumentos
romanos excavados en la época renacentista.
Posteriormente se ha designado “grotesco” a una categoría estética y
literaria que alude a lo exagerado premeditadamente, a una reconstrucción
desfigurada de la naturaleza; a una unión imposible de los objetos, tanto en la
naturaleza como en nuestra experiencia cotidiana (Bajtín), a una distorsión de
la apariencia externa, a una fusión de lo animal con lo humano, a una mezcla de
la realidad con el ensueño.
Entre los subgéneros literarios más frecuentemente utilizados en la
deformación grotesca de la realidad (ya se trate de seres humanos,
instituciones, ideologías, valores), figuran la caricatura, la farsa, la
parodia burlesca, entre otros, que pueden perseguir o el goce
estético provocador de la risa o una intencionalidad satírica de carácter
moral, político.
Lo grotesco pone en evidencia una parte de la realidad humana: su
corporalidad y animalidad, manifestada en sus instintos primordiales. Esto
permite realizar una crítica a la pretendida racionalidad, armonía y orden de
las relaciones humanas y entender la subversión del esquema de valores de
ciertas sociedades establecidas.
Comentarios
Publicar un comentario